La represión del estado chino contra la población uigur y otras minorías musulmanas en Xinjiang se asemeja a un genocidio: más de un millón de personas están siendo detenidas y enviadas arbitrariamente a campos de reeducación donde sufren torturas, realizan trabajos forzados y se les prohíbe hablar su idioma. También están reeducando a los niños en "orfanatos", mientras someten a las mujeres a esterilizaciones forzadas.
Bajo el pretexto de combatir el radicalismo islámico y la pobreza, el Partido Comunista Chino ha construido 1.400 campos de internamiento ...
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