El Sol nos regala luz y energía, posibilita la vida en nuestro planeta. Pero, también es una fuente de preocupación para los científicos. Una y otra vez, a intervalos irregulares, el Sol lanza gigantescas tormentas de plasma, enormes masas de partículas que se desplazan muy rápidamente por el cosmos sin previo aviso. La última gran tormenta solar ocurrió en 2017 y la Tierra solo se salvó por poco. Fue completamente diferente en 2003, cuando en Malmö, Suecia, las luces se apagaron debido a sobrecargas en los transformadores y en Japón, que perdió el ...
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