Mario Irarrázabal, escultor
Angélica Bulnes, periodista
“Me confronta como un milagro que brota del desierto y de todas las personas que sueñan con un mundo más cariñoso” dijo el escultor Mario Irarrázabal de una de sus obras más icónicas: La Mano del Desierto. Emplazada en el desierto de Atacama, una mano de 11 metros emerge desde la tierra, impactando con su grandiosidad a los visitantes. Es un ícono de Antofagasta, referente simbólico para los viajeros y parte de la cultura popular de Chile. La Mano del Desierto fue inaugurada en 1992, en el ...
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