Argentina, 1982. En tiempos de dictadura y represión, María Teresa trabaja como preceptora en el Colegio Nacional de Buenos Aires. Un día, persiguiendo un vago olor a tabaco, se esconde en los baños de los chicos para sorprender a los que fuman y llevarlos ante el director. Poco a poco esto se convierte un hábito oscuramente excitante. Nada pasa inadvertido a su mirada: la mirada del carcelero, del amo... o de la perversidad. No es de la violación de las reglas, sino de su aplicación a ultranza, de donde surgirá una visión distorsionada de la realidad. ...
continua