Comienza la aventura de por la zona tribal de Benin. En nuestro camino hacia el norte, la tribu Holi es la primera que encontramos. ¿Los últimos caníbales del África Occidental?

Tras haber probado el Sapito, sentía la llamada de las medicinas tradicionales indígenas. Estaba en Colombia, así que aproveché para hacer una toma con Yagé o Ayahuasca. Fue un viaje muy especial, que incluyó amor y dolor... Y con el que acabé muy contento.

La bebida sagrada de los aztecas, el pulque. Bebida de los dioses que solo podían tomar algunos afortunados. Hoy en día es un rico manjar de la gastronomía mexicana. Fuimos a una zona de pulquerías para ver cómo se hacía e incluso para ver cómo se extrae de la impresionante planta maguey.

Tras encontrar a la comunidad indígena descendiente del Pueblo Muisca, uno de sus líderes nos invitó a conocer sus montañas, con sus caminos sagrados y sus plantas medicinales. Llegamos hasta un milenario mirador en donde sus ancestros meditaban y observaban a su pueblo y allí hicimos una limpia. Llevaré este día para siempre en mi mente y corazón, conllevó un gran aprendizaje. Gracias Ernesto Mamanche.

La última aventura de Benín, una de las más bonitas. Conocimos una de las tribus africanas más dominantes del país, los Bariba. Raudos jinetes. Un reportaje lleno de cultura y tradición en el que también probamos técnicas de escarificación y tatuaje.

Continuando la expedición hacia el norte de Benín, llegamos a la región de Atakora. Allí se encuentran las montañas Taneka y el país Tata Somba. Una de las aéreas más increíbles que he descubierto nunca y dónde convivimos con nuevas tribus africanas.

Una de las zonas de montaña más bellas del mundo, increíbles picos y majestuosos lagos. Las Dolomitas, blancas en invierno y verdes en verano. Uno de los paraísos de los deportes extremos.

Me hicieron un ritual de vudú, una de las religiones más antiguas del mundo. Hubo momentos impactantes y de tensión, también descubrí una cultura fascinante. Benín, África.

Una de las aventuras vividas más increíbles, y la última en Tanzania. El punto más alto de todo el continente africano, la cima del Kilimanjaro. Pude completar el gran ascenso, desde los tramos de selva hasta el gélido glaciar. Frías noches en los campamentos de montaña y momentos que no olvidaré.

Encontramos en Medellín indígenas movilizados con la violencia, expulsados de su selva por conflictos con guerrilla. Los nativos vivían de forma extremadamente pobre en el centro de la ciudad. Subsistían vendiendo en la calle, aunque apenas hablaban español.