Obtuvimos un acceso sin precedentes para filmar dos prisiones japonesas y descubrir si las acusaciones de que su sistema penitenciario es inhumano son ciertas.
Lo que presenciamos fue asombroso. Los internos deben marchar a sus puestos de trabajo atados a una cuerda; no se les permite mirar a los guardias a los ojos; fuera del horario de ocio previsto, deben guardar silencio absoluto, salvo que hayan obtenido previamente permiso para hablar.
El maltrato hacia los acusados, que están bajo custodia penitenciaria, los empuja, en muchos casos, a confesar delitos que no ...
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