Muchas mujeres se sienten inseguras en el espacio público: en las calles, en paradas de transporte público, en parques... Su principal peligro son los hombres. El 95 por ciento de los actos de violencia sexual en el espacio público los cometen ellos.

Yanni Gentsch sale a correr al bosque de la ciudad de Colonia. De repente, se da cuenta de que la está grabando un desconocido. Decide confrontarlo y graba la interacción con su celular: el video se vuelve viral. Este no es un caso aislado. La mayoría de las mujeres han vivido situaciones similares y esto tiene consecuencias: estas experiencias limitan su libertad. Las mujeres evitan ciertos lugares, adaptan su vestimenta, llaman a alguien de camino a casa y van con las llaves en la mano a modo de arma improvisada para su defensa personal.

Pero, ¿por qué cargan con esta responsabilidad las víctimas y no los victimarios? «Solo quien ejerce la violencia, puede evitarla», dice Agota Lavoyer, experta en violencia sexual. Esto concierne sobre todo a los hombres: ellos cometen la mayoría de los actos de violencia sexual en el espacio público. La ciudad suiza de Umea aprendió una triste lección sobre esto. A finales de 1990, un violador en serie sembró el pánico en la ciudad. Agredió brutalmente a mujeres durante años, marcando con ello la sensación de inseguridad de toda una generación. Dos décadas después, Umea es considerada una de las ciudades más seguras de Europa. El reportaje "Miedo en las calles” se pregunta cómo se puede volver más seguro el espacio público y muestra por qué los hombres deben ser parte central de la solución.