El papa Francisco calificó como una “dictadura grosera” el régimen del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega luego de la condena de un obispo nicaragüense a 26 años y 4 meses de prisión, mientras el gobierno de Managua suspendió las relaciones diplomáticas con el Vaticano.
“Con mucho respeto, no me queda otra que pensar en un desequilibrio de la persona que dirige (Ortega). Ahí tenemos un obispo preso, un hombre muy serio, muy capaz. Quiso dar su testimonio y no aceptó el exilio”, aseveró Francisco.
El obispo nicaragüense, Rolando Álvarez, muy crítico con el gobierno y promotor de levantamientos, fue condenado el pasado 10 de febrero a 26 años y 4 de meses de prisión tras ser declarado culpable por delitos considerados “traición a la patria”. Rechazó subirse al avión que lo llevaría, junto con otros 222 excarcelados políticos nicaragüenses, todos opositores, hacia Estados Unidos, lo que provocó la furia de Ortega, que lo tachó de “soberbio”, “desquiciado” y “energúmeno”.
Representantes de Chile, Canadá, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Paraguay y Perú afirmaron encontrarse preocupados por las «graves y sistemáticas violaciones y abusos de derechos humanos» detallados en el informe presentado por el Grupo de Expertos para Nicaragua de Naciones Unidas (GHREN).
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