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El año 2025 ha demostrado ser un capítulo destacado en la historia del Telescopio Espacial James Webb, con una serie de descubrimientos que están transformando nuestra comprensión del cosmos. Las potentes capacidades infrarrojas de Webb han extendido una vez más la mirada de la humanidad más lejos en el espacio y más atrás en el tiempo, revelando secretos que se extienden desde las galaxias más tempranas hasta mundos helados y distantes. Entre los hallazgos más asombrosos se encuentra la detección de MoM-z14, la galaxia más lejana confirmada espectroscópicamente hasta la fecha, cuya luz comenzó su viaje solo 280 millones de años después del Big Bang. Con un impresionante desplazamiento al rojo de 14.44, esta galaxia ultra temprana desafía los modelos existentes de formación de galaxias, lo que implica que el nacimiento de estrellas y la ensamblaje galáctica pudieron haber ocurrido más rápidamente de lo que se creía anteriormente.

En un contraste sorprendente, Webb también está reescribiendo la historia de nuestro propio Sistema Solar. En febrero de 2025, los astrónomos descubrieron una luna previamente no identificada orbitando alrededor de Urano. Nombrada S/2025 U1, este pequeño satélite—que mide apenas 10 kilómetros de diámetro—fue completamente pasado por alto durante el sobrevuelo de la Voyager 2 en 1986. Su detección subraya la capacidad inigualable de Webb para detectar características sutiles, incluso en sistemas planetarios bien estudiados.

Mientras tanto, la exploración de exoplanetas y sistemas planetarios por parte de Webb continuó abriendo nuevos caminos. El telescopio capturó evidencia de un planeta con una masa similar a la de Saturno orbitando la joven estrella TWA 7, lo que potencialmente marca la primera imagen directa de un exoplaneta tan liviano. Y en un emocionante giro para la astrobiología, Webb identificó posibles biofirmas en la atmósfera de K2-18 b—específicamente sulfuro de dimetilo (DMS), una molécula producida por actividad biológica en la Tierra. Aunque no es una prueba definitiva de vida, este descubrimiento alimenta las esperanzas para la detección de biología extraterrestre.

A la escala más grandiosa del universo, Webb reveló más de 300 objetos inusualmente luminosos en sus encuestas de campo profundo. Estos candidatos pueden ser algunas de las galaxias más tempranas después del Big Bang, cuya luminosidad y madurez plantean importantes preguntas sobre el ritmo y la naturaleza de la formación de estructuras cósmicas.