Conferencia "¿Qué está ocurriendo?", impartida por Eusebio Lázaro (escritor, actor y director de teatro y cine) el 5 de abril de 2025 en el marco del ciclo de conferencias "Poetas en el Prado VI. Lo que podría suceder".
"¿Qué está ocurriendo?"
La pintura y la poesía han estado unidas conceptualmente al menos desde el famoso dictum horaciano de Ut pictura poesis; la una como poesía muda y la otra como pintura que habla, si nos remontamos a la opinión del lírico griego Simónides de Ceos. En este sentido, la poesía dramática ha estado desde siempre entremetida con el cuadro o viceversa. El cuadro representa una acción que ha sido congelada, detenida, pero es una acción que tiene un pasado y, presumiblemente, un futuro. Digamos que toda acción tiene un desarrollo. Si tomamos el cuadro de Las Meninas, veremos que, al igual que en el teatro, el tiempo está detenido, pero no así la acción (en realidad hay infinitas interpretaciones sobre “lo que está ocurriendo” en el cuadro). Por eso, no es exacto decir que la acción en el cuadro está detenida. En una buena pintura nada está detenido. En primer lugar, hay que distinguir entre acción y movimiento. El cuadro se compone para que haya movimiento (que sugiere la acción). El movimiento permite suponer que hay, ha habido o habrá acción. La pintura es la acción permanente.
Por otra parte, si nos fijamos en el retrato (por ejemplo, el cuadro de Ribera que representa a Arquímedes –o quizá sea Demócrito, por lo sonriente–), veremos que, a pesar de la quietud obligada del personaje, hay una acción interior y unas claves esparcidas en los objetos. El retrato contiene siempre un misterio, pero es un misterio de complicidad entre el artista y el retratado; o de escondida crítica, de revelados secretos, que el modelo o la modelo creía esconder, pero que el pintor descubre en el gesto y la mirada. Pienso, por ejemplo, en la tremenda mirada nada sufriente, casi de soslayo, del Ecce Homo de Ribera. Uno podría pasar horas para tratar de averiguar a quién mira o qué está diciendo con esa mirada casi acusatoria. Me interesa, en fin, ver que, al menos en la pintura clásica, la acción contiene un misterioso pasado y un no menos improbable desarrollo futuro.
"Poetas en el Prado VI. Lo que podría suceder"
Según Aristóteles, la diferencia entre un historiador y un poeta dramático es la siguiente: que uno cuenta lo que ha sucedido y, el otro, lo que podría suceder. Existen pintores historiadores y pintores dramáticos: pintores que cuentan lo que ha sucedido y, otros, lo que podría suceder. Veamos dos de las versiones de Susana y los viejos que se conservan en el Museo del Prado: ¿Tintoretto sería un pintor historiador y Guercino un pintor dramático? El drama se parece mucho a la pintura clásica. Hay un espacio que está enmarcado. En ese espacio habitan personajes que, siempre en presente ante nuestros ojos, están en acción. Incluso posar es una acción. Si los personajes actúan según las circunstancias dadas, en los cuadros bien se puede representar un conflicto. La pintura se parece mucho al drama clásico y por eso es, de alguna forma, un registro vivo de la imaginación teatral. En la poesía dramática, de nuevo según Aristóteles, una cosa puede suceder después de otra, pero es más interesante si una cosa sucede a causa de otra. Es siempre interesante ver lo que ha sucedido, pero más todavía para poder representar lo podría suceder.
Por poner otros dos ejemplos: a los teatreros nos interesa la tensión de ese perro que puede despertar a Adonis del sueño del Amor en el cuadro de Veronés; o la mirada fija en los dos gendarmes del niño ante el cuerpo muerto de su padre en Después de una huelga de José Uría.
En este ciclo, los Poetas en el Prado son dramáticos: acción, gesto, luz, espacio y música. Buscan representar el lenguaje de la vida no porque haya que imitar lo que ha sucedido, sino porque les gusta interpretar lo que podría suceder.
Poetas en el Prado VI. Lo que podría suceder – 1 de marzo, 5 de abril, 10 de mayo, 7 de junio y 5 de julio de 2025
Visita: www.museodelprado.es