Tras recuperarse del accidente casi mortal narrado en el primer episodio, Alex Villar emprende un viaje de más de 8.000 kilómetros para rendir homenaje al legendario Valery Rozov repitiendo su histórico salto desde la cumbre del Kilimanjaro (5.895 m). El episodio acompaña a Villar desde los primeros días de aclimatación en las laderas heladas, donde cada paso hacia el campamento Barafu pone a prueba su resistencia física y mental, hasta los ajustes finales de su wingsuit para soportar el aire extremadamente frío y poco denso. A través de imágenes aéreas y conversaciones con su equipo técnico, conocemos las complejas decisiones meteorológicas y de seguridad que condicionan la ventana de salto, así como la presión interna que siente Villar al asumir un reto inédito desde el fallecimiento de Rozov en 2016. Al amanecer, bajo un cielo teñido de rosa y naranja, Villar se precipita al vacío, alcanzando más de 200 km/h mientras planea junto a grietas glaciares y paredes escarpadas, antes de desplegar su paracaídas y descender entre la niebla africana. El episodio concluye con un sentido homenaje al pionero ruso y una reflexión sobre la pasión implacable que impulsa a quienes viven al filo de la vida y la muerte.