En Portugal, una innovadora política de prevención pretende evitar incendios forestales como los de 2017. Tras los traumáticos acontecimientos de entonces, los portugueses desarrollaron medidas que ahora sirven de modelo a otros países europeos.

André Mota es uno de los 31.000 bomberos voluntarios de Portugal. Cuando un devastador incendio asoló su ciudad, Santa Comba Dão, el 15 de octubre de 2017, fue movilizado. El suceso le marcó profundamente. Hoy es responsable de la protección civil en su región natal, Viseu, y coordina las medidas de prevención.

Verónica Catarino vivió un traumático incendio cuando era niña. Hoy es directora de formación especializada en la escuela nacional de bomberos y enseña a los alumnos cómo se desarrollan los incendios en función de factores meteorológicos y geográficos.

Miguel Jerónimo colabora con la ONG "GEOTA” en proyectos de reforestación en todo Portugal. Parte de su trabajo consiste en eliminar los eucaliptos invasores de la zona y plantar especies autóctonas, como alcornoques, madroños o castaños, sobre todo en la región meridional del Algarve. La mezcla de especies da lugar a bosques más resistentes a los incendios.