Catorce personas viven bajo tierra durante 40 días sin la noción del tiempo. ¿Cómo se adapta el ser humano a esas condiciones? ¿Cómo reaccionan el metabolismo y el cerebro ante la pérdida del sentido del tiempo? Una aventura científica.
Un día de marzo, siete hombres y siete mujeres encabezados por el investigador y explorador Christian Clot se adentran en la cueva de Lombrives en los Pirineos franceses. Permanecerán 40 días sin luz natural y sin referencias horarias. Así se inicia el experimento "Tiempo Profundo”, una experiencia grupal con enfoque científico e interdisciplinario que va más allá de la cronobiología. El objetivo es investigar la capacidad de las personas para adaptarse a situaciones extremas.
Los participantes instalan el campamento en el fondo de la cueva. Deben organizarse y aprender a convivir en grupo bajo condiciones extremas. El frío, la penumbra permanente y el cansancio afectan a cada uno de manera distinta. Los tiemponautas llevan sensores y dispositivos de alta tecnología que recopilan datos científicos antes, durante y después de la estadía en la cueva. Dichos datos serán evaluados por expertos en los campos de la ciencia cognitiva, cronobiología, sociología, fisiología, psicología, etnología, organización social y genética.
Los científicos y científicas ofrecen sus resultados meses después de finalizado el experimento. A largo plazo, el análisis interdisciplinario busca contribuir a la mejor comprensión de los mecanismos y límites de la adaptación humana, una habilidad que podría ser más demandada en el futuro.