Estados Unidos atraviesa una crisis de sobrepeso sin precedentes: más de 160 millones de personas enfrentan un exceso de peso grave. Las medidas gubernamentales para revertir esta tendencia -desde campañas hasta regulaciones- no han logrado detenerla.

Frente a esta realidad, profesionales sanitarios exploran métodos cada vez más agresivos y eficaces para tratar una enfermedad que, para muchas personas, se ha vuelto cuestión de vida o muerte. Conocemos a Casey, cuyo peso llegó a extremos críticos, y visitamos en Arizona un centro pionero donde se enseña a niñas jóvenes a adoptar hábitos saludables y reducir su peso de forma sostenible.

Sin embargo, mientras la comunidad médica intensifica sus intervenciones, también emerge un movimiento opuesto: la tendencia del “body positivity”. A través de redes sociales, portadas de revistas e incluso certámenes como “Miss Plus”, muchos celebran con orgullo sus cuerpos, independientemente del peso, y defienden la autoaceptación por encima de los estándares tradicionales.