Una enorme puerta de madera, similar a la de un santuario sintoísta, es el símbolo de Kanazawa. La estación central de trenes de esta ciudad en el oeste de Japón evoca una emblemática construcción del sintoísmo.
El documental presenta una ciudad donde el ferrocarril juega un papel fundamental. La nueva línea de alta velocidad atraviesa la urbe sobre viaductos de hormigón. Sin embargo, también muestra una de las pocas ciudades históricas de Japón que han permanecido intactas, junto con uno de los jardines más famosos del país. Tren y ciudad se fusionan en una armonía única, al punto de que los colores del tren bala Shinkansen están inspirados en los tonos de un palacio local.
Uno de los atractivos turísticos más singulares es un pequeño tren especial que recorre la costa mientras los pasajeros disfrutan de sushi a bordo. El nudo ferroviario de Kanazawa es un microcosmos del sistema ferroviario japonés.