Grandes extensiones de Australia están cubiertas por bosques de eucalipto real o gigante. Según los aborígenes, este árbol, que puede alcanzar hasta 100 metros de altura, posee un poder mítico.
Se cree que esta fuerza mística proviene del llamado Tiempo del Sueño, la era anterior a la creación del mundo, cuando solo existía lo espiritual e inmaterial. Para los aborígenes, el eucalipto simboliza un vínculo entre el cielo y la tierra, permitiendo la comunicación con los espíritus.
Otra característica única de estos bosques es su relación con el fuego. Las hojas del eucalipto contienen aceites esenciales altamente inflamables, y su corteza actúa como un acelerador natural del fuego. De este modo, el árbol aviva incendios bajo su copa, un proceso esencial para la renovación del bosque: reduce la competencia por la luz y los recursos, mientras que la ceniza resultante enriquece el suelo con nutrientes.
Para sobrevivir en un entorno donde los incendios son frecuentes, las especies del bosque han desarrollado estrategias de cooperación. Tras un incendio, los helechos arbóreos brotan desde sus copas en forma de cesta. Algunos árboles depositan sus semillas en estas cestas, lo que les da una ventaja en altura. Sus raíces se aferran al helecho y crecen, asegurando su acceso a la luz.
El reino animal también contribuye a la estabilidad del ecosistema. Las aves lira australianas remueven el suelo con sus grandes garras, facilitando el crecimiento de nuevas plantas. Los canguros rata se alimentan de trufas que crecen en las raíces de los eucaliptos y, al hacerlo, dispersan las esporas de los hongos, que a su vez ayudan a los árboles a absorber agua y nutrientes. Gracias al fuego, el ecosistema del bosque de eucaliptos se regula de forma natural.
Sin embargo, la intervención humana está alterando este equilibrio. El calentamiento global y la explotación de los bosques han provocado incendios desbocados cada vez más frecuentes, devastando millones de hectáreas y poniendo en peligro a innumerables especies. Un sistema natural que ha perdurado por milenios está ahora amenazado.