En clave de humor negro se desarrolla una búsqueda en torno a los ritos funerarios y sus derivados. Para ello el director-narrador, sobreviviente de un infarto casi mortal que le pasó inadvertido y que luego aceptó operarse a pesar del riesgo de muerte en quirófano, se vale del relato en off de sus experiencias y las enlaza con las de Ricardo Péculo, uno de los tanatólogos más importantes del mundo.