“Somos un Jesucristo mal hecho, sin Espíritu Santo”. Los capítulos anteriores sobre el amor en Hegel nos han llevado al concepto de Espíritu. ¿Pero qué entiende Hegel por Espíritu? Nos ha dicho que “sólo lo espiritual es real”. Pero para entenderlo, es preciso adentrarse en la estructura del sistema hegeliano en su conjunto. No tenemos más remedio que abrir aquí un paréntesis, A VUELTAS CON HEGEL, para entender el concepto de Espíritu en su sistema. En este capítulo nos ocuparemos sobre todo de su primera parte, la Ciencia de la Lógica, que se ocupa de la Idea, del “pensamiento que se piensa a sí mismo”, es decir, según la famosa definición aristotélica, de Dios. Ahora bien, hay un momento inquietante en el que Dios, habiéndose pensado ya por entero a sí mismo, se encuentra enfrente de la Naturaleza, de un desierto lógico absoluto, en el que no hay nada que “razonar”. Es como si, de pronto, Dios descubriera que “no existe”. Continuaremos en el próximo capítulo con la Filosofía de la Naturaleza, y, posteriormente, con la Filosofía del Espíritu.