Los rascacielos del norte de Marsella están en manos de los clanes de la droga. Abandonados por los políticos, los residentes sufren la violencia y la falta de perspectivas. Pero no todo el mundo quiere aceptar la situación.

La vida cotidiana en los "Quartiers Nord" de Marsella se caracteriza por el tráfico de drogas y las guerras de bandas, con decenas de muertos. El Estado francés lleva años siendo incapaz de controlar la situación, lo que despierta temores por el futuro y desesperanza. Amine Kessaci quiere cambiar esta situación. El joven de 21 años es el fundador de la asociación Conscience (Conciencia). In situ y a través de la política municipal, la asociación lucha por mejores condiciones de vida en los barrios y apoya a las familias que, como la suya, han perdido a sus parientes en la guerra de pandillas de los narcotraficantes.

Un rayo de esperanza en los distritos de viviendas sociales es un camión de bomberos reconvertido que lleva ayuda médica. El médico de familia Slim Hadiji y su equipo ofrecen asistencia sanitaria e información, pero también visitas a domicilio y acompañamiento a las citas médicas. Cuidan de personas que, de otro modo, solo recibirían poca o ninguna ayuda.

Un importante servicio de atención y un lugar seguro para los niños y jóvenes de los distritos problemáticos es el club de fútbol FCL Malpassé. Los entrenadores están localizables las 24 horas del día y quieren ofrecer a los adolescentes no solo un lugar seguro, sino también perspectivas a través del deporte.