Ya sea en Alaska o en los Dolomitas, las águilas suelen ser vistas como los reyes de los cielos. Esta película se dedica, por un lado, al águila calva, el ave heráldica de Estados Unidos, y, por otro, al águila real, el ave depredadora más grande de Europa. Muchas águilas calvas viven en el Parque Estatal de Chilkoot, en el sur de Alaska. De hecho, más de 400 parejas residen allí durante todo el año. Con una envergadura de unos 2,5 metros, se cuentan entre las mayores de su especie. Las crías tienen que abandonar el nido en septiembre a más tardar, ya que entonces llega el invierno.
En las noches claras y estrelladas se pueden ver auroras boreales. Hay ciertos lugares donde se agrupan especialmente muchas águilas. Entre 3.000 y 4.500. Porque, bajo el manto de hielo de Chilkat, el salmón chum se siente como en casa. La razón es la actividad volcánica de las zonas circundantes. Las fuentes calientes alimentan los distintos afluentes del Chilkat. Es la cuarta y última migración de salmones del año; en ningún otro lugar tiene lugar tan tarde.
Esta combinación de aguas sin hielo y peces desovando facilita la supervivencia de muchas águilas jóvenes durante su primer invierno. En los Dolomitas, observamos una pareja de águilas reales y sus crías. La estrategia de cazador y cazado está impresionantemente documentada. Por primera vez experimentamos la lucha por la supervivencia de una marmota, que intenta huir del oteadero de las águilas a 2.000 metros de altura, a pesar de que ello significa enfrentarse a las crías del águila. Las águilas reales han conquistado prácticamente todo el hemisferio norte. Pero el futuro coto de caza de las jóvenes águilas pertenece a los más bellos: los Dolomitas - tan majestuosos como los Reyes de los cielos.
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