Son asesinas. Matan con una precisión increíble. Luchan al estilo Kung Fu y se consideran en Japón como un símbolo de vigilancia: las mantis. Llama la atención su cabeza triangular con una flexibilidad única. Dos ojos sobredimensionados fijan la distancia a su presa de forma rápida y tridimensional. El segmento torácico de la mantis es prolongado y está equipado con apéndices espinosos que pueden atravesar a su presa con la misma rapidez que una navaja. El aura misteriosa que rodea a la mantis religiosa tiene mucho que ver con el hecho de que rara vez se las ve. Se han adaptado perfectamente a su entorno. Ya sean hojas, flores, corteza de árbol, suelos arenosos o incluso orquídeas, la mantis se adapta a todos los entornos.
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