La conferencia "Sólo para mis ojos. Dibujos ocultos en los reversos de las obras de arte", del 24 de enero de 2024, impartida por Ana González Mozo (Museo Nacional del Prado).
"Reversos. El lado oculto"
El ciclo de conferencias desarrolla algunas de las cuestiones planteadas por la exposición temporal del Museo Nacional del Prado Reversos. El lado oculto, abierta entre 6 de noviembre de 2023 y el 3 de marzo de 2024. La muestra tiene como punto de partida Las meninas de Velázquez, obra maestra en la cual el artista nos recuerda al representar el reverso de un lienzo de grandes dimensiones tras el que se autorretrata que la pintura es artificio y que el cuadro no es una ventana albertiana sino un trozo de tela clavado a un bastidor de madera. El medio no es transparente y el plano de la representación tiene dos caras: una se nos muestra y sustenta la imagen, la otra no se ve. Esa cara oculta, que contiene no pocas veces información de gran interés y relevancia, es un espacio privado, exclusivo. Solo el artista y, subsidiariamente, el coleccionista, conocerían el secreto escondido en el reverso, vedado a los demás, al público. Hoy la investigación sobre las colecciones de los museos y los estudios materiales de las obras –entre cuyos principales objetos de atención están los soportes mismos– han contribuido a desvelar las representaciones, los mensajes, las pruebas, los datos y las informaciones que están contenidos en esa espalda del cuerpo artístico, a cuya fisonomía no se había prestado suficiente atención. El ciclo de conferencias se presta a indagar en este tan interesante ámbito de conocimiento, susceptible de ser explorado desde ángulos de visión tan diversos como los que en él convergen.
"Sólo para mis ojos. Dibujos ocultos en los reversos de las obras de arte"
De un cuadro se observa el anverso, la superficie que su creador quiso mostrar al espectador. No obstante, las pinturas pueden contener dibujos ocultos en sus reversos: formas anatómicas, animales, trazas arquitectónicas, caricaturas e incluso composiciones enteras abandonadas en sus estadios iniciales. No es lo que se espera encontrar en este espacio, que acostumbra a examinarse para valorar su estado de conservación o analizar su sistema de construcción. Estos dibujos, a veces perceptibles a simple vista, a veces revelados por la reflectografía infrarroja, suelen estar ejecutados en diversas épocas, por aquel que pintó la obra o, las más de las veces, por manos anónimas. Aportan información sobre los avatares de los cuadros y, lo que es más interesante, sobre la vida más privada de un taller artístico, pues estos reversos eran espacios donde el maestro, sus ayudantes y alumnos podían dibujar con desenfado, burlarse gráficamente unos de otros y sin la presión que suponía competir por una comisión; allí nadie juzgaría su trabajo, porque nadie lo vería. Hasta hoy.
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