Bangladés es uno de los mayores productores de yute del mundo. Un invento de la capital, Daca, podría dar un nuevo impulso a esta fibra: una lámina biodegradable hecha de celulosa de yute.
En Bangladés el yute recibe el nombre de "fibra dorada" por su brillo metálico y la modesta prosperidad que trajo al país. Las hojas de la planta joven también sirven para hacer ensaladas e infusiones. Pero cultivar la planta requiere mucho trabajo y no siempre resulta rentable.
La recolección de los tallos de yute suele hacerse a mano, cortándolos con un machete. Los cultivadores Ayub Ali Akand y Afaz Uddin Akand, del pueblo de Hijli, en el distrito de Bogra, ubicado en el norte del país, deben caminar por los inundados campos para trabajarlos. Los haces de tallos de yute son transportados para su posterior procesamiento y finalmente convertidos en tejido en las grandes fábricas de la región.
El científico Mubarak Ahmad Khan ha aprovechado una propiedad del yute, su alto contenido en celulosa, para desarrollar una lámina biodegradable. Ésta es usada para fabricar la "Sonali Bag", un sustituto sostenible para las bolsas de plástico.
El desarrollo de este novedoso material a base de celulosa de yute es prometedor a la vista de la contaminación mundial de los océanos y el medio ambiente, de la que Bangladés tampoco se libra. El eslogan de los años 1980 "Yute en lugar de plástico" podría volver a ponerse de actualidad. Pero, ¿podrá este producto imponerse a la multimillonaria industria del plástico? ¿Será más atractivo para Ayub, Afaz y sus hijos continuar con su arduo trabajo de "agricultores de fibra"?
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