Por qué Estado Islámico sigue siendo una amenaza

¿Está el mundo amenazado por un resurgimiento del autodenominado Estado Islámico (EI)? En el norte de Siria, muchos excombatientes de EI están recluidos en cárceles difíciles de proteger. Entre sus hijos se gesta la próxima generación de yihadistas.

Con el grave terremoto de febrero de 2023, el foco internacional volvió al norte de Siria, una región ignorada durante mucho tiempo. Precisamente desde aquí podría recuperar sus fuerzas la organización terrorista de Estado Islámico, que tenía aquí su bastión y fue derrotada militarmente. Y esto podría tener repercusiones globales.
En 2022, el cineasta Kawa Akrawi visitó Rojava, una región autónoma en el noreste de Siria, de mayoría kurda y gobernada democráticamente, y experimentó de cerca la difícil realidad que allí se vive. En Rojava, la milicia kurda YPG luchó contra Estado Islámico con el apoyo de fuerzas estadounidenses hasta 2019. Miles de combatientes resultaron muertos o heridos.
Desde la derrota del califato autoproclamado por Estado Islámico, en la región se encuentra la prisión más grande de yihadistas, así como enormes campamentos en los que viven sus mujeres e hijos. Muchas de estas personas proceden de países occidentales que no les permiten regresar. Se teme que en estos campamentos y prisiones se esté gestando la próxima generación de yihadistas. "Derrotamos territorialmente a Estado Islámico, pero su ideología y su organización no han desaparecido, siguen activas”, afirma Newroz Ehmed, del comando general de las fuerzas militares SDF. Sus fuerzas de seguridad vigilan los campamentos y prisiones desde el exterior, pero no pueden controlar el interior. Una combinación explosiva.
La situación se ve agravada por el hecho de que el presidente turco Recep Tayyip Erdogan lleva años luchando contra los kurdos en el noreste de Siria. Él considera la milicia YPG como una organización terrorista y lanza repetidamente ataques con aviones no tripulados sobre la región de Rojava. Decenas de miles de kurdos han perdido sus hogares y ahora viven en campos de refugiados.
En estas condiciones, ¿cómo pueden los líderes kurdos del noreste de Siria protegerse a sí mismos, a los países vecinos y a Occidente del regreso de Estado Islámico? ¿Cómo se debe proceder con los yihadistas y sus hijos, educados en campamentos para convertirse en combatientes fanáticos y despiadados?