Ejercer la crítica o la oposición es más peligroso que nunca en la Rusia de Vladímir Putin. En los últimos años, se ha recortado el derecho a la manifestación, se ha restringido la libertad de prensa y se han hostigado o prohibido muchas ONG.
Este documental muestra cuán difícil es salir a las calles en Rusia, y cómo cualquier forma de protesta puede acarrear largas penas de prisión. Los miembros de la oposición son amenazados de muerte y una decena de ellos ha sufrido ataques con veneno.
Alekséi Navalni es un nombre en una lista cada vez mayor. Cuando este político de la oposición regresó sorpresivamente a Moscú después de haber estado ingresado en un hospital en Berlín debido a un ataque con veneno, Olga Romanova trató de recogerlo en el aeropuerto. También participó en una de las manifestaciones convocadas en defensa de Navalni, una decisión que tuvo graves consecuencias para ella.
El régimen ruso promueve la idea de que agentes extranjeros están alimentando la supuesta rusofobia occidental y que Navalni, sus partidarios, las ONG y los periodistas son todos cómplices. Sin embargo, Navalni, así como los disidentes dentro y fuera de Rusia, cuentan una historia muy diferente: afirman que el régimen de Putin es una cleptocracia.
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