Los niños llevan las cicatrices del "bullying” durante toda su vida. Muchos desarrollan enfermedades mentales, algunos tienen pensamientos suicidas. En España, el caso de Kira López suscitó un debate público sobre el acoso escolar.
A los 15 años, Kira López se quitó la vida. Los padres afirman que el acoso escolar condujo a su hija a la muerte y que el colegio no tomó ninguna medida para poner fin al maltrato que sufría. Han presentado una denuncia contra la escuela. Quieren que el centro educativo asuma su responsabilidad y que esto sirva para proteger a otros niños del acoso escolar. Brian Giner también sabe lo que significa que la vida diaria en la escuela se convierta en una pesadilla: fue acosado durante doce años por un defecto en un ojo.
Cambió varias veces de colegio, casi siempre culpándose a sí mismo: "Durante mucho tiempo creí que el acoso era lo normal. Y si lo sufres una y otra vez, acabas creyéndote todo lo que te dicen. Tardé mucho tiempo en atreverme a mirar a los ojos a mi compañera. He sufrido mucha ansiedad social. Miedo a una presentación, miedo a aparecer delante de mucha gente y la sola idea de que una persona me mirara a los ojos me producía pánico.” Brian Giner ha escrito un libro en el que relata su calvario. Quiere sobre todo infundir ánimo a otros afectados. Visita regularmente colegios, da charlas y talleres para prevenir el acoso escolar. Y junto con José Manuel, el padre de Kira, está haciendo una campaña a favor de una ley nacional contra el acoso en las escuelas.
Su objetivo es dar una mayor visibilidad al acoso escolar y combatirlo de forma duradera. Quieren normas claras y unitarias para tratar a los agresores y documentar los casos, independientemente de la región y la escuela. Sólo así, dice el padre de Kira, también él podrá encontrar un poco de paz.
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