Ocho años pasaron para que los líderes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y los de la Unión Europea (Ue) se volvieran a reunir, bajo el marco de una tercera cumbre en Bruselas.
Algunos le llaman un descongelamiento en las relaciones, que estuvieron estancadas precisamente con el giro a la derecha que dio Latinoamérica durante esos años. Sin embargo, el estatu quo ahora parece ser otro y en plena transformación.
La Celac busca establecer una relación de igualdad entre los bloques que permita el desarrollo económico de ambas regiones, a pesar del proteccionismo que caracteriza a Europa, quien parece estar virando nuevamente su timón hacia el continente que una vez colonizó, y luego de verse trastocado por seguir las políticas de su viejo aliado estadounidense.
No es un secreto la necesidad de las naciones europeas de alejarse de los combustibles fósiles ante la crisis climática, y en este sentido el centro y sur de América, incluido el Caribe, juegan un rol fundamental cuando de materias primas se trata. De allí el acuerdo de cooperación entre la Ue y Chile, para la explotación del litio.
Este encuentro en la capital belga ha servido de igual manera para conversar las diferencias existentes y ratificar el acuerdo comercial de 2019 entre la Ue y el Mercado Común del Sur (Mercosur).
Así mismo, los líderes de los países latinoamericanos han vuelto a condenar la política de sanciones, el hegemonismo y unilateralismo de Washington, pidiendo respeto a la soberanía de cada nación y no injerencia en sus asuntos internos, como ha sido el caso de Venezuela.
En esta edición de Detrás de la Razón por HispanTV, analizamos los logros y acuerdos de esta III Cumbre Ue-Celac.
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