Han pasado 17 años de una guerra, conocida como la Guerra de los 33 días. Un conflicto que enfrentó al régimen de Israel y al movimiento libanés Hezbolá, pero que más allá de eso, cambió la ecuación de fuerzas y demostró a la entidad sionista, que aún con sus equipos militares y el apoyo de EU, pudo más la moral del combate de la resistencia libanesa.
A propósito, el Seyed Hasán Nasralá, emitió su discurso en el que dejó claro que dicha guerra determinó el destino de El Líbano y la región de Asia Occidental. Indicando que fue un fracaso no sólo para el régimen israelí, sino para Washington, ya que no pudo imponer su plan de una “nueva Asia Occidental”.
Nasrolá también apuntó que la ecuación de disuasión cambió, y que el propio régimen israelí sabe que su disuasión ya no es igual, no sólo ante El Líbano, sino ante la resistencia palestina, algo que se evidenció días atrás en Yenín, en la ocupada Cisjordania.
El secretario general de Hezbolá, aprovechó para señalar al régimen de Tel Aviv y sus servicios de espionaje, de estar detrás de la profanación de las santidades islámicas, como el episodio de la quema del sagrado Corán en Suecia, días atrás.
En esta edición de Detrás de la Razón por HispanTV, analizamos el panorama del acuerdo nuclear a la luz de las más recientes declaraciones de Irán y Occidente.
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