A principios de 2023, unos 475.000 israelíes residían en asentamientos en Cisjordania, territorio palestino ocupado desde 1967, donde viven 2,9 millones de palestinos.
También hay unos 230.000 colonos en Al-Quds (Jerusalén), sector palestino ocupado desde 1967 y posteriormente anexado por Israel, donde residen más de 360.000 palestinos.
Todos los asentamientos israelíes son ilegales en virtud del derecho internacional. Incluso para el pueblo palestino y gran parte de la comunidad internacional, el expansionismo israelí representa un crimen de guerra.
Desde que Benjamin Netanyahu volvió al frente del gabinete de la entidad sionista, reiteró su voluntad de “reforzar los asentamientos”. Ahora Israel anuncia la construcción de una 57.000 nuevas viviendas en las colonias sionistas de Cisjordania ocupada.
En total, este año se ha informado de la construcción de 13.082 viviendas, por encima del récord anual anterior de 12.159, correspondiente al 2020, según datos del Consejo Yesha y la ONG israelí Peace Now.
La derecha israelí defiende la construcción de nuevos asentamientos como respuesta a las represalias de la resistencia palestina, aún cuando EU -máximo aliado del régimen de Tel Aviv- le ha instado a paralizar la ampliación de asentamientos.
En esta edición de Detrás de la Razón por HispanTV, analizamos las incidencias de la práctica expansionista de Israel y la respuesta de la resistencia palestina.
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