Un grupo paramilitar conocido como “Wagner” planteó un desafío al gobierno de Rusia, luego de que bajo la dirigencia de su jefe, Yevgeny Prigozhin, se adentró en Rusia desde su campamento base en Ucrania, se apoderó de las instalaciones militares de la ciudad de Rostov, al suroeste del país, y avanzó hacia Moscú, llegando a estar a 200 km de la capital rusa.
La operación fue abortada horas más tarde, ante una mediación del presidente de Bielorrusia, Aleksander Lukashenko, previo acuerdo con el presidente Vladimir Putin, y luego de que Prigozhin -cabeza del motín- replegara a sus mercenarios, con la justificación de evitar un derramamiento de sangre.
La noticia dio la vuelta al mundo. El mandatario ruso calificó el levantamiento como “una puñalada por la espalda” y “traición a la patria”.
Wagner, que opera como ejército privado desde el año 2014, ha jugado un rol vital para Rusia en diversos frentes, no sólo en Ucrania, sino en Asia Occidental e incluso África. Pero aparentemente desde hace meses, el jefe de la organización, venía cuestionando al alto mando militar ruso, incluyendo al ministro de la Defensa, Serguéi Shoigu.
Mientras la calma ha retornado al país, declaraciones de la directora de la cadena “Russia Today” acusan a los servicios de inteligencia de EU, Reino Unido e incluso la Mossad de Israel de estar detrás de la rebelión de Wagner contra el Kremlin.
En esta edición de Detrás de la Razón por HispanTV, analizamos todo lo que hay detrás de la abortada misión Wagner contra Rusia.
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