El 22 de julio de 2022 se alcanzaron acuerdos entre Rusia, Ucrania, Turquía y la ONU en Estambul, a los que denominaron “acuerdo de cereales” y que tenían como objetivo desbloquear la exportación de granos.
El 14 de marzo del presente año el Kremlin confirmó una prórroga de dicho acuerdo por 60 días, calificándolo como un gesto de buena voluntad, ya que según denuncia el gigante euroasiático, no se ha cumplido en su totalidad el levantamiento de sanciones a la exportación de alimentos y fertilizantes rusos.
Lo cierto es que la seguridad alimentaria global estaría en riesgo, según lo que determinen los líderes del G7 en su próximo encuentro.
Esto es algo que se infiere tras darse a conocer por medio de la agencia nipona Kyodo que citó a fuentes gubernamentales japonesas, que los países del G7 consideran vetar el grueso de sus exportaciones a Rusia.
Los propios ministros de agricultura del G7 reunidos en Japón el pasado fin de semana, expresaron que “seguirán diseñando medidas restrictivas contra Rusia”, algo a lo que el Kremlin reaccionó, argumentando que si los países del “Grupo de los Siete” consideran la posibilidad de imponer un veto casi total a las exportaciones rusas, esto podría implicar el fin definitivo del acuerdo.
En esta edición de Detrás de la Razón por HispanTV, analizamos panorama del futuro de la exportación de granos ucranianos y rusos en este sentido.
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