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La colección de los Guevara: Van Eyck, El Bosco y Patinir por Elena Vázquez

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Conferencia impartida por Elena Vázquez (Universidad Complutense de Madrid) en el marco del ciclo "Flamencos de labrar limpio". La atracción de las élites españolas por la pintura neerlandesa temprana.

La presente conferencia nos acerca a una familia de origen español con un fuerte vínculo con Flandes: los Guevara. En Bruselas, pasó la mayor parte de su vida Diego (1450-1520), cuyo palacio repleto de objetos artísticos se encontraba en el barrio del Sablon. Fue embajador de Felipe el Hermoso y Margarita de Austria, pero también atesoró una gran colección de pinturas, entre las cuales se encontraba el Matrimonio Arnolfini de Van Eyck. Su hijo ilegítimo, Felipe (c. 1510-1563), nació en Bruselas, pero pasó la mayor parte de su vida en Madrid. Sirvió a Carlos V y Felipe II como gentilhombre de boca, pero sus intereses se centraron más en el estudio de la Antigüedad clásica, lo que le llevó a poseer una importante colección de monedas antiguas y a escribir un tratado numismático. Coleccionó también pinturas, algunas heredadas de su padre, entre las cuales se encontraban algunas de Patinir y El Bosco, como una copia del Carro de heno y otra versión distinta de la Extracción de la piedra de la locura que se conserva en el Museo del Prado. Hacia 1560, al final de su vida, escribió el Comentario de la pintura y pintores antiguos, que ofrecía una descripción de las distintas técnicas y géneros artísticos de la Antigüedad. Pero lo más significativo es que en medio de este discurso clásico y de un listado de pintores antiguos incluye un comentario sobre la obra de El Bosco, que fue una de las primeras interpretaciones sobre la obra de este pintor en España.

El novedoso impulso estético y cultural que supuso el arte desarrollado en los Países Bajos a comienzos del siglo XV, a través de artistas como el Maestro de Flémalle, Jan van Eyck y Rogier van der Weyden, tuvo una tempranísima aceptación en España, donde se documentan relevantes ejemplos desde muy pronto. Los últimos reyes de Castilla y de Aragón poseyeron relevantes ejemplos del quehacer artístico, fruto de la admiración que despertaban las delicadas creaciones realizadas en los territorios gobernados por los duques de Borgoña, cuya corte se convirtió en un el gran ejemplo de sofisticación y exquisitez artística, admirada y emulada en toda Europa.

En los albores del siglo XVI, con la unión dinástica de las casas Trastámara, Borgoña y Habsburgo plenamente consolidada, los monarcas que gobernaban en España lo hacían también en los Países Bajos. Las relaciones entre los dos territorios se intensificaron, lo que supuso un impulso para la recepción de estas creaciones en nuestro país, ya fuera por herencias, adquisiciones, o mera emulación del esplendor borgoñón, coincidiendo con el descubrimiento de ese arte para el mundo intelectual renacentista. La pintura neerlandesa, a la que se incorporaron a lo largo del siglo XVI otros artistas como El Bosco, Patinir, Gossaert, Van Orley y, más tarde, Michel Coxcie y Antonio Moro, fue fuertemente admirada por su colorido, el gusto por la realidad naturalista, a la vez que por su carga simbólica y por la intensa capacidad para mover a devoción. Pero por encima de todo eran estimados por su pulcritud técnica, siendo incluso mencionados por teóricos del arte como Francisco de Holanda a referirse a estos artistas como “aquellos flamencos de labrar limpio”.

El interés de los monarcas hispanos, especialmente Felipe II, por este novedoso arte, estuvo a menudo auspiciada no solo por el mecenazgo de sus familiares en los Países Bajos –Margarita de Austria y María de Borgoña especialmente–, sino también por el descubrimiento que del Ars Nova hicieron aquellos miembros de las élites políticas y culturales hispanas que por unas causas u otras se trasladaron a los Países Bajos y tuvieron acceso de primera mano a la renovación estética en auge. Miembros de la nobleza, intelectuales, clérigos o servidores de la administración, se convirtieron en verdaderos mecenas de artistas nórdicos y en coleccionistas de sus obras, siendo figuras clave en la recepción de la pintura neerlandesa antigua en nuestro país, incluso hasta bien entrado el reinado de Felipe IV, cuando los intereses coleccionistas iban ya por otros derroteros.

CICLO DE CONFERENCIAS
"Flamencos de labrar limpio". La atracción de las élites españolas por la pintura neerlandesa temprana
21 y 28 de enero, 11 y 18 de febrero de 2023

Visita: www.museodelprado.es


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