El rápido avance del Estado Islámico en 2014 llevó a Estados Unidos a incursionar en el noreste de Siria e Irak. Desde entonces, los estadounidenses han trabajado en conjunto con las Fuerzas de Siria Democrática y el Ejército iraquí para recuperar el territorio que estaba en control del EI, y luego para luchar contra las células dormidas de esa organización. Sin embargo, ocho años después, los aliados de Estados Unidos, tanto en Siria como en Irak, tienen razones para desconfiar de Washington. Informe de Catalina Gómez Ángel, Ricardo García Vilanova, Khabat Abbas e Inas Al Rahmani.