Inflación, pobreza, escasez ... Maracaibo, la segunda ciudad más grande de Venezuela, presenta todos los síntomas de un país enfermo. Con Chávez, Caracas había apostado por el petróleo, pero la caída de los precios provocó una grave crisis económica. La población ahora está luchando por alimentarse y los pescadores del Lago de Maracaibo recurren al contrabando para vender su escasa producción en la vecina Colombia.