¿Cómo era la Tierra hace 4.000 millones de años?

¿Cómo se formó el mundo que nos rodea?
Estas preguntas son potentes motores de reflexión que responden a una necesidad visceral de saber de dónde venimos, a dónde pertenecemos y de comprender el mundo que nos rodea.
Nuestro planeta, la Tierra, es un planeta como cualquier otro. Como otros, es único. Los planetas comparten parte de su historia, pero han evolucionado de forma diferente, desarrollando sus propias individualidades. La Tierra es el único planeta conocido que alberga vida. Entre todos los organismos que se han sucedido, uno ha demostrado una gran capacidad para dominar su entorno y adaptarlo a sus necesidades: el hombre.

El hombre odia la ignorancia. Por ello, desde muy pronto comenzó a estudiar estas cuestiones para comprender la Tierra. Pero, ¿podemos realmente afirmar que conocemos la Tierra cuando hay tantas interpretaciones e incertidumbres en juego? El hombre estudió el tema, primero a través de la filosofía, luego a través de la geología. El estudio de la litosfera revela una asombrosa cantidad de información que nos permite rastrear su formación. Hoy se ha escrito una historia de la Tierra desde su nacimiento, pero el escenario no está grabado en piedra y seguirá evolucionando a medida que se hagan descubrimientos. No siempre se ha parecido al bello, tranquilo y pacífico planeta azul. Su nacimiento e "infancia" fueron un caos, un infierno sin precedentes con un calor inimaginable.
¿Cómo evolucionó hasta convertirse en la Tierra que conocemos hoy?
¿Cómo era la Tierra hace 4.000 millones de años?