En los primeros meses invernales del año 1939, probablemente algo más de medio millón de españoles abandonaban forzosamente la tierra en la que habían nacido y crecido para empezar un largo exilio que habría de durar, para muchos de ellos, el resto de sus vidas.
Eran los desafortunados protagonistas del llamado “exilio republicano español”: personas anónimas y reputadas, hombres y mujeres, ancianos y niños, catalanes y asturianos, civiles y militares, jornaleros agrarios y catedráticos universitarios...
Eran, también, las víctimas de una guerra civil que había empezado el 17 de julio de 1936 y que iba a concluir el 1 de abril de 1939 con la victoria rotunda de las tropas lideradas por el general Francisco Franco sobre las fuerzas del gobierno de la República.
Por Enrique Moradiellos