Un país con delirios de oasis, fruto de la construcción de un espejismo que buscaba encandilar a las masas con el mantra de las buenas cifras, de la estabilidad política, del poder adquisitivo. Esforzándose por mantenerse parado en la punta de los pies y verse en la foto un poquito por encima de los demás.
"En medio de esta América Latina convulsionada, Chile es un verdadero oasis con una democracia estable", aseguraba el presidente Piñera en una entrevista publicada el 8 de octubre de 2019. 10 días después estalló todo.
Y el problema no es que la gente se creyera lo del oasis, si no que creyera que Piñera también se refiere a ellos cuando habla de “Chile”.
Porque el oasis es real, pero no nos dejan entrar a todos. Quizás a alguno-cualquiera, de vez en cuando, le venden el ticket de la “meritocracia”, pero no a todos. En cambio ellos, ellos sí que están todos, todos sus familiares, todos sus amigos. Y viven en un oasis al que le pusieron Chile.
El otro Chile está instalado a las afueras, rodeándolo, decidido, sin miedo, paciente e inquieto, ansioso y esperanzado.
Realización: María Natalia Diaz Cantú y Darío Cuéllar Arellano
Publicado por: María Natalia el 14 octubre 2021
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