Para sacar a millones de ciudadanos chinos de la pobreza no han sido necesarios milagros, sino tan solo una adecuada política gubernamental y el esfuerzo de sus beneficiarios. La provincia de Fujian, en la costa suroriental del país, da fe de ello. ¿Qué hay en el mar? ¿Algas? Perfecto: pues a cultivarlas y procesarlas. ¿Y en las regiones montañosas? ¿Té? Magnífico: a por él. Las carreteras y la maquinaria corren por cuenta de las autoridades; prosperar y ser feliz, por la prosperidad de los ciudadanos.