El trabajo infantil es habitual en Birmania. La pobreza obliga a muchas familias a optar entre explotar a sus hijos o abandonarlos. A menudo, los patronos adoptan incluso a los niños que quedan en sus manos, absolutamente indefensos.

En septiembre de 2016, unos periodistas de investigación hicieron público un caso de esclavitud infantil en Birmania. Una conocida sastrería local mantuvo prisioneras a dos niñas durante años, las golpeó, las hirió con armas blancas y las traumatizó profundamente. El caso acaparó la atención de los medios y puso de manifiesto el sufrimiento y la triste realidad de los niños esclavos en este país del sureste asiático. El documental profundiza en la historia tras los titulares y se adentra en el tenebroso mundo de la esclavitud infantil.