El intendente de un pequeño pueblo de la Patagonia aspira a ganar las elecciones para la gobernación de la provincia. Según las encuestas estaría en segundo lugar y para sumar los votos que le están faltando deberá inaugurar el cementerio del pueblo, la única obra que realizó durante su mandato. Pero para inaugurar un cementerio, hace falta un muerto. Y aparentemente en este pueblo… nadie está dispuesto a morir.