Invito a mi canal a un hombre de ciencia para arrojar luz sobre algunas de las preguntas que yo me hice durante mi proceso de radicalización. No creo que sirva de mucho para una persona perdida en el pozo del fanatismo pero sin duda creo que servirá para mantener en la senda del sentido común y fuera de la burbuja a quienes se encuentran en las etapas iniciales.

Hay ciertas actitudes que no son para nada exclusivas de "la burbuja". ¿Hasta qué punto estamos desarrollando una imposibilidad manifiesta para interactuar con nuestros semejantes? ¿Tan difícil es poner en tela de juicio nuestros propios principios o ideas? ¿Hay acaso otros modos de crecer, madurar y aprender que equivocándose?

En esta ocasión me detengo a investigar el vínculo entre las emociones y la ideología. El modo en que interiorizamos y personalizamos el proceso por el cual nos identificamos hasta el extremo con un líder o un discurso político. Por otro lado, ¿Qué efectos provoca en el proceso de radicalización publicar cualquier cosa y en cualquier tono en aspectos como el nacional socialismo? ¿Cuál es la responsabilidad de los medios en todo esto?

Alto en el camino para hablar de anécdotas "curiosas", que en cierto modo ayudan a asumir las grandes diferencias en el seno de eso que llaman "extrema derecha".

El hombre en busca del sentido de Victor Frankl es la primera obra no negacionista que me leo entera y lo primero que saco en claro es cuanto de mi lado nazi sigue ahí, en algún lugar, dueño absoluto de regiones enteras no solo de mi mente sino también de mi corazón.

¿Cómo es posible que un mismo libro, una misma conversación o incluso una película tenga tantas posibles interpretaciones (algunas de ellas extremas) en función de quienes las vean? En realidad este es el mismo motivo por el que dentro de las religiones, existen algunas ramificaciones "puristas" de carácter violento que se ven a sí mismos como los auténticos frente a todos los demás.

Como si ser negacionista fuese una cosa de cultura. Una de esas frases que instaladas en el acervo cultural de una sociedad que evidentemente no ha entendido un ápice de qué es el radicalismo y cómo funciona la mente de sus leales.

Pido disculpas por no haber hecho antes este vídeo. Llevo ya unos cuantos hablando de "la burbuja" como concepto rector para explicar el radicalismo pero aun no había dedicado uno en exclusiva a esta cuestión. Para mí es evidente porque lo viví en primera persona, pero se ha convertido en causa vital hacer entender que la política o la ideología no son el origen del fanatismo.

No todo se reduce a sesgos, fake news, bulos o conspiración. Ningún proceso de radicalización podría llevarse a cabo si no existiesen determinados catalizadores de parte contraria. Puntos ciegos o simplismos que el radical empleará para dar sentido a su discurso y a su peculiar modo de entender el mundo.

En mi libro le llamo purismo o torre-marfilismo pero de modo idéntico a como ocurre con cualquier radicalismo, la forma de autopercibir el YO, es igual de disfuncional a cómo lo hacemos con la realidad y el mundo que nos rodea. Ego, ego y solamente ego. Desde ahí, se articula el discurso.