La invasión de las tecnologías digitales llegó a la agricultura y la alimentación, una agricultura sin agricultores, industrializadas de la semilla al plato, controlada por grandes empresas trasnacionales de agronegocios, maquinarias e informática.
Paquetes tecnológicos para la internet de las vacas: collares o chips que miden su pulso y ciclo de fertilidad, los transmiten a los sitios de las empresas, e incluso pueden dirigir al ganado a su ordeñe.