Como de todos los jóvenes israelís, de Atalya también se espera que sea soldado. Pero ella ve con ojos críticos al ejército de su país y decide ser objetora de conciencia. Una decisión con enormes repercusiones: es encarcelada.

De jóvenes, todos los miembros de la familia de Atalya hicieron el servicio militar. La familia no ve con buenos ojos la decisión de Atalya de desafiar la ley y luchar por su derecho a ser objetora de conciencia. Pero su valentía obliga a las personas de su entorno a replantearse sus posiciones políticas y a reconocer el poder que tiene cada una y cada uno para lograr cambios. El documental acompaña a Atalya en sus acciones de protesta y a la cárcel, y ofrece una visión única del conflicto israelo-palestino: desde la perspectiva de una joven mujer que lucha por la verdad y la justicia.