William Mulloy el arqueólogo más notable que estudió Isla de Pascua plantea que su historia ecológica es una semblanza trágica de la Tierra. “Rapa Nui estaba tan aislada en la Tierra como nuestro planeta en el universo”. Esta afirmación encierra la espléndida, pero también aterradora, historia de una civilización que alcanzó un gran desarrollo, consumió sus recursos naturales y estuvo a punto de destruirse a si misma. Cuando renacía la esperanza llegaron los barcos de occidente para matarlos por enfermedad y esclavitud. Pero en los 111 restantes permaneció la voluntad de sobrevivir.