Alexander von Humbolt denominó a la sierra ecuatoriana la avenida de los Volcanes. Surgen en el mundo andino otavaleño, notables manifestaciones de la cultura originaria: artesanía, fiestas y mercados en una relación mágica entre el hombre y el paisaje. La pujante industria textil, los sombreros de Montecristi y un viaje en el tren de Ibarra a San Lorenzo completan el viaje por una comarca encantada.