En casi 50 minutos de entrevista, Kodama relató a fondo su relación con Borges. En confidencia, nos contó cuándo lo conoció: "Conocí a Borges cuando tenía 16 años. Empecé a estudiar con él anglosajón y después inglés antiguo. Me había pedido el número de teléfono y él llamaba, y mi mamá furiosa, me preguntaba qué quería y me decía que podía ser mi abuelo. Él, medio descabellado, porque me llamaba a toda hora y yo podía estar en el colegio o con mis amigos". Además, relató cómo se enamoró de ella, qué fue lo que la llevó a querer casarse con él y cómo fue afrontar su muerte.
En un diálogo íntimo, la escritora narró su infancia y su adolescencia, la relación con la cultura japonesa, su padre y la educación que éste le dió: "Mi padre es fascinante. Me enseñó a ser libre, que no es hacer lo que se me antoja, sino que llega a donde empieza la libertad del otro, que debo respetar, me guste o no me guste (..) me dijo que él me iba a decir a medida que creciera, lo que según él podía hacer y lo que no me convenía. Si yo contrariaba esas reglas, él me decía 'Conmigo no llore', pero si él se daba cuenta de que no era por capricho sino por convicción, iba a tener su respeto para toda la vida".
Además habló sobre su pasión por las tragedias griegas y analizó un amplio abanico de temas entre los que incluyó la política, la reencarnación, el matrimonio, la literatura y la religión.
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